EL
AMOR
Es la fuerza más
poderosa de la naturaleza, de todo lo creado y de lo no creado, de lo visible y
de lo invisible, de lo material y de lo inmaterial, de lo animado y de lo
inanimado; en realidad, nada podría sobrevivir sin Amor, no serían posibles las
existencias si no fuese por la presencia de esta fuerza extraordinaria.
El Amor es la
energía de sustentación de los universos, el flujo lumínico que impregna todas
las estructuras, desde las más elementales a las más complejas; es la inercia
que marca la trayectoria del progreso y la esperanza que hace despertar las
voluntades, la sonrisa del alma y del espíritu, el regocijo del que espera un
más allá, la aspiración del que persevera en la tenacidad y la constancia, el
sabor de la tarea bien hecha, la lágrima del fracaso o del empeño frustrado, el
equilibrio y la armonía universal, el llanto de un niño, la sonrisa de una
flor, el perfume del viento, la sinfonía de los mares, el canto del trueno;
todo es Amor, sin excepción; Dios es Amor, y el Amor es Dios.
• Cada vez que se escucha, se genera Amor.
• Cada vez que se perdona, se genera Amor.
• Cada vez que se habla bajito y dulcemente, se genera Amor.
• Cada vez que se ayuda a los demás, se genera Amor.
• Cada vez que se canta con alegría, se genera Amor.
• Cada vez que se oramos, o se medita, se genera Amor.
• Cada vez que se abraza de verdad, se genera Amor.
• Cada vez que se mira con compasión, se genera Amor.
• Cada vez que se cuida a alguien desvalido, se genera Amor.
• Cada vez que se sueña, se genera Amor.
• Cada vez que se llora, se genera Amor.
• Cada vez que se espera con esperanza, se genera Amor.
• Cada vez que se perdona, se genera Amor.
• Cada vez que se habla bajito y dulcemente, se genera Amor.
• Cada vez que se ayuda a los demás, se genera Amor.
• Cada vez que se canta con alegría, se genera Amor.
• Cada vez que se oramos, o se medita, se genera Amor.
• Cada vez que se abraza de verdad, se genera Amor.
• Cada vez que se mira con compasión, se genera Amor.
• Cada vez que se cuida a alguien desvalido, se genera Amor.
• Cada vez que se sueña, se genera Amor.
• Cada vez que se llora, se genera Amor.
• Cada vez que se espera con esperanza, se genera Amor.
El Amor es la más clara manifestación de
la existencia de Dios, el Padre Supremo, y solo es posible concebir la
evolución de las criaturas y las humanidades, en función del grado o nivel de
Amor presente en cada actitud, en cada gesto, en cada iniciativa emprendida.
Es el Amor, la fuente primigenia, la
palabra creadora, la esencia de la Paz, el signo de la Libertad, el color de la
Fraternidad. El amor expande las conciencias, diluye las barreras, dibuja los
horizontes, las auroras y los amaneceres.
El amor es la energía de la Vida, no lo
pueden contener ni el tiempo ni el espacio, es ilimitado, infinito y eterno; es
la fuerza que hace vibrar a las partículas más elementales de la naturaleza, la
única verdad, la última razón, la síntesis y el paradigma de la belleza.
El Corazón o núcleo radiante de cada ser
humano no es en realidad de naturaleza material, sino que está compuesto de una
gran concentración de energía Amor, como sublimación del espíritu divino.
La irradiación hacia el exterior es
siempre constante, en mayor o menor medida, y aporta un efecto extremadamente
benéfico a todos los receptores, pero siempre en función del dictamen de la
voluntad del emisor. La red universal del Amor es justamente la que expande el
espíritu creador del Supremo, a través del pensamiento y el verbo de los seres
más evolucionados.
En la medida en que los seres y las
humanidades se acercan al Amor, aumentan y elevan su nivel y tono vibracional,
adentrándose en otras dimensiones y otros planos más sutiles; por ello, no es
en absoluto difícil imaginar un Reino del Amor en el que no tienen cabida las
estructuras económicas ni el mercantilismo, las enfermedades, las fricciones
sociales o los sentimientos de baja condición.
Realmente quienes viven en el Amor,
brillan con luz propia, se encuentran ya muy alejados de las vicisitudes
mundanas y viven más en el “cielo” que en la “tierra”, accediendo con mayor
facilidad a la comunicación con otros planos existenciales y con sus moradores.
En definitiva, la creación no tendría
sentido de no ser por el imperio del Amor, por su vigoroso esplendor y por su
estimulación espiritual; el Amor es la Luz, la sabiduría, la Conciencia Divina;
constituye la esencia del deseo, la fuerza de fusión de las mentes, el
altruismo de la decisión; es decir, nada, absolutamente nada se mueve si no es
por la fuerza del Amor.
Amar es la capacidad de reconocer esa
fuerza superior, que todo lo inunda, y reflejarla a nuestros semejantes para
poder continuar ese imparable ministerio creador necesario para acomodar y
expandir el espacio, y el tiempo.
Angel Luis Fernández.
https://www.facebook.com/AngelLuisfernandezA1/posts/1055885401141240:0
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