Desde el Corazón Cristalino de la
Tierra, mi voz se eleva y alcanza el núcleo ígneo de vuestras consciencias,
hijos e hijas, frutos sagrados del suelo de la Gran Perfección.
Yo me manifiesto con forma y nombre, a
través del sonido del verbo, vuestra madre. Mi voz es la voz del Planeta, mi
voz es la voz de la vida que palpita en este cuerpo planetario. Mi voz son las
ondas sucesivas de las mil energías que se expanden simultáneamente a partir
del centro de toda Creación.
Yo Soy Una, soy muchas, pues soy la vida
inagotable en todas las formas. Yo soy Uno y soy muchos, pues soy el
pensamiento vivo detrás de todas las formas. ¿Cuál es la importancia de un
nombre, cuál es la importancia de una forma, si nombre y forma les distraen del
pensamiento vivo y de la esencia vital por detrás del pensamiento.?
Yo soy la inteligencia por detrás de
todo nombre y forma. Por detrás de toda diversidad, yo soy el Uno en mucho. Mi
voz les invita, una vez más, insistentemente y constantemente les invitará: Acérquense
a mí, reconózcanme, reconózcanse!
Acérquense a mí, sumérgete en ti! Rompe
el velo que me cubre, mira para ti mismo, frente a frente, sin máscaras!
Todos los medios, todas las formas,
todos los nombres, todas las voces, todas las historias y todas las acciones
son velos de mi naturaleza ilimitada. Todas ellas, todo esto se converge en la
luz de mi manto para impulsarlos a reconocerme en ustedes, de mi como ustedes. ¿Qué
otra explicación es necesaria? ¿Qué otro sentido tiene que ser encontrado? ¿Qué
otra razón puede haber? ¿Qué otro acto debe ser manifestado?
Atiendan a vuestro corazón y escucharan
mi voz hablando insistentemente en el Templo Vivo y Sagrado de vuestro Ser: Yo
Soy Tú, Yo Soy Tú, Yo Soy Tú! El Éxtasis, el júbilo, la sabiduría y la
compasión, así como sus ilimitados frutos preciosos se encuentran allí, aquí,
en nosotros, pues yo soy ustedes.
El momento, el gran momento del
Reconocimiento ya está aquí, y ahora, es este momento. Mientras tanto, recójanse
en vuestro interior, escuchando la silenciosa voz que insistentemente les dice:
Yo Soy Tú.
Bien amados, la ingenuidad de vuestras
mentes todavía nubla vuestra visión en el escenario de este mundo, pues
inclusive cuando parece que conoces algo, es parcial vuestro conocimiento. Por
lo tanto, yo les aconsejo, si esto les parece prudente y lógico, absténganse de
todo juicio y de toda adición a visiones parciales, retengan en vuestro
corazón, aquello que les hace vibrar, aquello que les impulsa al contacto
interior, aquello que les empodera a la manifestación de la misericordia. Y el
resto, abandónenlo a su propia suerte, pues yo, la Gran Madre, los cuido a
todos, a todos guio, pues soy la vida una en todas las formas, en todos los
nombres, en todos los pensamientos vivos.
Abandonen todo el control y confíen por
la experiencia, en la inteligencia que eres. Abandona el control y dirige tus
pasos hacia el gran encuentro en el Templo Vivo de vuestro Corazón. Ésta es la
verdadera danza, éste es el verdadero acto sagrado, allí está el verdadero
servicio, pues “misericordia es lo que quiero, y no sacrificio”. Quién sabe,
tal vez, éste sea el momento de que comprendas lo que éstas palabras realmente
quieren decir.
Yo soy la malla cristalina en el Corazón
de la Tierra, en el cuerpo de la Tierra, en la carne de la Tierra, en el aura
de la Tierra, en el espacio ilimitado en el cual ésta Tierra surge y se disipa.
Todas las formas son mi forma, por lo tanto me manifiesto en todos los mundos,
dimensiones, universos y multiuniversos. Todos los nombres son mis nombres, por
lo tanto, toda voz que se escucha es mi voz hablando. En relación a mi
naturaleza no puede existir duda, en relación a mi naturaleza no pueden haber
cuestionamientos, pues mi naturaleza es inseparable de la tuya, pues yo soy la
naturaleza que tu eres.
Sean bienaventurados porque son la
bienaventuranza, y no porque perciban todavía la falta de la única realidad
posible, aquella que eres. Sean la paz, no por la guerra, sean la paz, porque
la paz es la única realidad posible que eres. Yo les amo ilimitadamente, incondicionalmente
a ustedes, y a todos mis hijos e hijas, cada una de mis creaciones. Yo les amo
incomprensiblemente. Y en este amor todos danzamos juntos, y en ese amor todos
somos UNO.
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MÃE DIVINA
ALÉM DE NOMES E FORMAS
29.02.16
ALÉM DE NOMES E FORMAS
29.02.16
Desde o
Coração Cristalino da Terra minha voz se eleva e alcança o núcleo ígneo de
vossas consciências, filhos e filhas, frutos sagrados do solo da Grande
Perfeição.
Eu me
manifesto com forma e nome através do som do verbo, vossa Mãe. A minha voz é a
voz do planeta, a minha voz é a voz da vida que pulsa neste corpo planetário. A
minha voz são as ondas sucessivas das mil energias que se expandem
simultaneamente a partir do centro de toda criação.
Eu sou uma,
sou muitas, pois sou a vida inexaurível em todas as formas. Eu sou o um e sou
muitos, pois sou o pensamento vivo por detrás de todas as formas. Qual a
importância de um nome, qual a importância de uma forma, se nome e forma lhes
distraem do pensamento vivo e da essência vital por detrás deste pensamento?
Eu sou a
inteligência por detrás de todo nome e forma. Por detrás de toda diversidade,
eu sou o um nos muitos. Minha voz vos convida mais uma vez, insistentemente e
constantemente lhes convidará: acercai-vos de mim, reconhecei-me,
reconhecei-vos! Aproximai-vos de mim, mergulhai em vós! Rasgai o véu que me
cobre, olhai para vós mesmos frente a frente, sem máscaras!
Todos os
meios, todas as formas, todos os nomes, todas as vozes, todas as estórias e
todas as ações são véus de minha Natureza ilimitada. Todas elas, tudo isto se
converge na luz de meu manto para vos impulsionar ao reconhecimento de mim em
vós, de mim como vós. Que outra explicação é necessária? Que outro sentido há a
ser encontrado? Que outra razão pode haver? Que outro ato a ser manifesto?
Atentai a
vosso coração e ouvireis minha voz falando insistentemente no templo vivo e
sagrado de vosso ser: eu sou vós, eu sou vós, eu sou vós! O êxtase, o júbilo, a
sabedoria e a compaixão, bem como seus ilimitados frutos preciosos se encontram
aí, aqui, em nós, pois eu sou vós.
O momento, o
grande momento do reconhecimento já está aqui, é agora, é este momento. Para
tanto, buscai recolher-vos em vosso interior, ouvindo a silenciosa voz que
insistentemente fala: eu sou vós.
Bem amados,
a ingenuidade de vossas mentes ainda turva vossa visão no cenário deste mundo,
pois inclusive quando pareceis conhecer algo, é parcial vosso conhecimento.
Portanto, eu vos aconselho, se isto lhes parecer prudente e lógico, a vos
absterdes de todo julgamento e de toda adesão a visões parciais, retende em
vosso coração aquilo que lhes faz vibrar, aquilo que lhes impulsiona ao contato
interior, aquilo que lhes empodera à manifestação da misericórdia. E o resto,
abandonai à sua própria sorte, pois eu, a Grande Mãe, de todos cuido, a todos
conduzo, pois sou a vida una em todas as formas, em todos os nomes, em todos os
pensamentos vivos.
Abandonai
todo o controle e confiai pela experiência na inteligência que sois. Abandonai
o controle e dirigi vossos passos ao grande encontro no templo vivo de vosso
coração. Esta é a verdadeira dança, este é o verdadeiro ato sagrado, aí está o
verdadeiro serviço, pois "misericórdia quero e não sacrifício". Quem
sabe, talvez, este seja o momento de compreenderdes o que estas palavras deveras
querem dizer.
Eu sou a
malha cristalina no coração da Terra, no corpo da Terra, na carne da Terra, na
aura da Terra, no espaço ilimitado no qual esta Terra surge e se dissipa. Todas
as formas são minha forma, portanto me manifesto em todos os mundos, dimensões,
universos e multi-universos. Todos os nomes são meus nomes, portanto toda voz
que se ouve é a minha voz a falar. Quanto à minha natureza não pode haver
dúvida, quanto à minha natureza não pode haver questionamento, pois minha
Natureza é inseparável da vossa, pois eu sou a Natureza que sois.
Sede
bem-aventurados porque sois a bem-aventurança, e não porque percebeis ainda a
falta da única realidade possível, aquela que sois. Sede a paz, não pela
guerra, sede a paz porque a paz é a única realidade possível que sois. Eu vos
amo ilimitadamente, incondicionalmente a vós e a todos os meus filhos e filhas,
cada uma de minhas criações. Eu vos amo incompreensivelmente. E neste Amor
todos dançamos juntos, e nesse Amor todos somos um.
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